miércoles, 14 de julio de 2010

BOLIVAR: INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS

SIMÓN BOLÍVAR: canto de libertad

SIMÓN BOLÍVAR: GRAN CAUDILLO

Gran caudillo de la independencia hispanoamericana. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt. Se empapó de las ideas liberales. En 1805 juró en Roma que no descansaría hasta liberar a Venezuela (y a otros países latinoamericanos) de la dominación española. Algo que logró a través de muchas luchas, pero que en 1827 vio caer, debido a que diversas guerras civiles destrozaron la unión sudamericana. 

La vida de un libertador
 
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco nació en Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783. Sus padres fueron Juan Vicente Bolívar y Ponte, y doña María de la Concepción Palacios y Blanco, ambos criollos. Al quedar huérfano, cuando apenas tenía 9 años, la Audiencia encargó su educación a Simón Rodríguez, quien lo inició en el estudio de los enciclopedistas franceses.
A los 15 años, en 1799, Simón se fue a España para continuar con su educación junto a su amigo Esteban Escobar. En ese país, Bolívar conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza con quien se casó en 1802. Al poco tiempo de volver a Venezuela, en 1803, María Teresa murió de fiebre amarilla. Su muerte afectó de gran manera a Bolívar quien juró jamás volver a casarse (promesa que mantuvo el resto de su vida).
Después de perder a su esposa, Bolívar regresó a España con su tutor y amigo, Simón Rodríguez, en 1804. En Europa presenció la proclamación de Napoleón Bonaparte como Emperador Francés y después asistió a la coronación de éste como Rey de Italia en Milán. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt.
Afiliado a la masonería y empapado de las ideas liberales, ya en 1805 juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas. Además, le proporcionó al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.
En 1810 se unió a la revolución independentista, que estalló en Venezuela, dirigida por Miranda. El fracaso de aquel intento obligó a Bolívar a huir del país en 1812. Fue así como se puso al mando del movimiento, escribiendo desde Cartagena de Indias el “Manifiesto de Cartagena”, el cual incitaba de nuevo a la rebelión. En ese manifiesto pidió ayuda a Nueva Granada para liberar a Venezuela porque su causa era la misma. Fue así como Bolívar recibió esa asistencia y en 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas. Fue en ese entonces que el pueblo lo proclamó “Libertador”. Sin embargo, hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); allí escribió su “Carta de Jamaica”, en la que defendió la confederación de los países americanos al mismo tiempo que su independencia. No obstante, éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le dio el control del país.
El gran objetivo y sueño de Bolívar era el de formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, a pesar de haber logrado la liberación de Venezuela, luchó por las otras independencias. Cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que liberó al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). El 17 de diciembre de ese año creó la República de la Gran Colombia (que incluyó lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá).
En ese mismo año elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia. Luego, en 1822, Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran libertador, San Martín -quien había liberado a la argentina y a Chile-, para poder lograr la liberación del Perú. Nadie sabe que ocurrió en esa secreta reunión entre ambos héroes latinoamericanos, pero lo cierto es que San Martín volvió a la Argentina mientras Bolívar preparó la lucha para recuperar Perú (último lugar del continente en el que resistían los españoles).

En 1824 se libraron las dos batallas finales de la independencia de este país: Junín y Ayacucho. Un año más tarde Bolívar declaró la independencia de Alto Perú que pocos días después se llamó Bolivia, en su honor, y cuya constitución redactó él mismo. También en ese año éste creó el Congreso de Panamá, la primera conferencia hemisférica.
El separatismo que continuó en los países que él había soñado como integrantes de una gran nación confederada le hizo abandonar la vida pública. Su obra literaria está compuesta por cartas, discursos, arengas y proclamas. Entre éstas se destacan: “Memoria a los ciudadanos de Nueva Granada” y “El discurso de Angostura” (1819).
Simón Bolívar fue presidente de Colombia (1819-30), también de Perú (1824-26) y de Bolivia (1825-26), e implantó en estas dos últimas Repúblicas un modelo constitucional llamado “monocrático”, con un presidente vitalicio y hereditario. Pero vale aclarar que el éxito que tuvo como libertador no fue compatible con su actividad política. Su manera de ejercer el poder se basó en la arbitrariedad, lo cual despertó muchos rechazos. Asimismo, el proyecto de una gran Hispanoamérica unida no se encontraba en sintonía con los sentimientos de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales del imperio español, cuyas oligarquías locales buscaron la independencia política por separado.
Pero en 1827 debido a rivalidades personales entre los generales de la revolución, explotaron guerras civiles que destrozaron la unión sudamericana, por lo que tanto Bolívar había luchado. Acorralado por guerras fraccionales y sufriendo de tuberculosis, el Libertador Simón Bolívar murió el 17 de diciembre de 1830. En 1842, el presidente Páez ordenó el traslado de sus restos al Panteón Nacional de Caracas.

Daniela Ceccato

EL MÁS GRANDE: SIMÓN BOLÍVAR

PENSAMIENTO BOLIVARIANO

BIOGRAFIA DE NELSON MANDELA

Político sudafricano (Umtata, Transkei, 1918 - ). Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa, Nelson Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros sudafricanos. Mandela fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.
En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. Bajo la inspiración de Gandhi, el ANC propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud (presidida por Mandela en 1951-52) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas.


Nelson Mandela

En 1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.
En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza.
El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes, en los que confinar a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.
Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.
Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del ANC de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir el brazo armado del ANC (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas. 
En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A su regreso fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior contra los dirigentes de la Lanza de la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año fue nombrado presidente del ANC.
Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.
En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años, su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el ANC.
Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial, liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para negociar el proceso de democratización. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente, y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú.

NELSON MANDELA

MARTIN LUTHER KING: I HAVE A DREAM

MARTIN LUTHER KING

(Atlanta, 1929 - Memphis, EE UU, 1968) Pastor baptista estadounidense, defensor de los derechos civiles. Hijo de un ministro baptista, Martin Luther King estudió teología en la Universidad de Boston. Desde joven tomó conciencia de la situación de segregación social y racial que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños.
Convertido en pastor baptista, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau. Al poco de llegar a Montgomery organizó y dirigió un masivo boicot de casi un año contra la segregación en los autobuses municipales.

Martin Luther King
La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente por todo el país y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense, primero a través de la Southern Cristian Leadership Conference y más tarde del Congress of Racial Equality. Asimismo, como miembro de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color, abrió otro frente para lograr mejoras en sus condiciones de vida.
En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en Birmingham, Alabama, para iniciar una campaña de alcance nacional. En esta ocasión, Martin Luther King fue encarcelado y posteriormente liberado por la intercesión de John Fitgerald Kennedy, entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, pero logró para los negros la igualdad de acceso a las bibliotecas, los comedores y los estacionamientos. 

En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes cuando encabezó una gigantesca marcha sobre Washington, en la que participaron unas doscientas cincuenta mil personas, ante las cuales pronunció uno de sus más bellos discursos por la paz y la igualdad entre los seres humanos. Él y otros representantes de organizaciones antirracistas fueron recibidos por el presidente Kennedy, quien se comprometió a agilizar su política contra el segregacionismo en las escuelas y en la cuestión del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
No obstante, ni las buenas intenciones del presidente, quien moriría asesinado meses más tarde, ni el vigor ético del mensaje de King, Premio Nobel de la Paz en 1964, parecían suficientes para contener el avance de los grupos nacionalistas de color contrarios a la integración y favorables a la violencia, como Poder Negro, Panteras Negras y Musulmanes Negros. La permeabilidad de los colectivos de color, sobre todo de los que vivían en los guetos de Nueva York y de otros estados del norte, a la influencia de estos grupos violentos, ponía en peligro el núcleo del mensaje de King, el pacifismo.
En marzo de 1965 encabezó una manifestación de miles de defensores de los derechos civiles que recorrieron casi un centenar de kilómetros, desde Selma, donde se habían producido actos de violencia racial, hasta Montgomery. La lucha de Martin Luther King tuvo un final trágico: el 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis por James Earl Ray. Mientras se celebraban sus funerales en la iglesia Edenhaëser de Atlanta, una ola de violencia se extendió por todo el país. Ray, detenido por la policía, se reconoció autor del asesinato y fue condenado con pruebas circunstanciales. Años más tarde se retractó de su declaración y, con el apoyo de la familia King, pidió la reapertura del caso y la vista de un nuevo juicio.

GHANDI: El hombre más grande de la historia

GANDHI: ALMA GRANDE

Líder nacionalista indio que llevó a su país a lograr la independencia mediante una revolución pacífica. Popularmente llamado "mahatma'' (gran alma) y que fue el líder del movimiento de resistencia no violenta al régimen colonial británico.

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de Octubre de 1869 en Porbandar, India. Se convirtió en uno de los más respetados líderes espirituales y políticos del siglo XX. Gandhi ayudó a la liberación del pueblo hindú del gobierno colonial inglés a través de la resistencia pacífica, y es honrado por su gente como el Padre del la Nación India. Los indios llamaron a Gandhi Mahatma, que significa Alma Grande.
A los 15 años se convirtió el líder del movimiento nacionalista indio. Utilizando los postulados de la Satyagraha dirigió la campaña por la independencia india de Gran Bretaña. Gandhi fue arrestado muchas veces por los británicos debido a sus actividades en Sudáfrica y la India. Creía que era honorable ir a la cárcel por una causa justa. En conjunto pasó siete años en prisión debido a sus actividades políticas. Más de una vez Gandhi recurrió al ayuno para impresionar a la gente sobre la necesidad de ser no-violento.
India alcanzó la independencia en 1947, y se separó en dos países, India y Pakistán, tras lo cual comenzaron los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes. Gandhi había abogado por una India unida, donde los hindúes y los musulmanes pudieran vivir en paz. Un 13 de Enero de 1948, a la edad de 78 años, comenzó un ayuno con el propósito de detener el derramamiento de sangre. Tras 5 días, los líderes de ambas facciones se comprometieron a detener la lucha y Gandhi abandonó el ayuno. Doce días más tarde fue asesinado por un fanático hindú que se oponía a su programa de tolerancia hacia todos los credos y religiones. El gran físico teórico Albert Einstein dijo de Gandhi: "Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó la tierra en carne y hueso."



Ho Chi Minh



(Nguyen That Thanh o Nguyen Ai Quoc) Líder revolucionario vietnamita (Hoang Tru, 1890 - Hanoi, 1969). Nacido en la Indochina francesa, emigró a la metrópoli en 1912. En París se convirtió en militante del partido socialista francés (SFIO). Cuando la Revolución rusa escindió a los socialistas de todo el mundo, se alineó con el grupo que fundó el Partido Comunista Francés (1920). Tras haber participado en actividades de la Internacional Comunista, se trasladó a China, donde organizó la Juventud Revolucionaria, reclutando entre los exiliados el núcleo humano necesario para impulsar una revolución anticolonial en Indochina (1924); sobre aquella base fundó más tarde el Partido Comunista Indochino (1930).

Condenado a muerte por las autoridades coloniales francesas, hubo de huir y refugiarse en la Unión Soviética (1931). En 1938 entró en contacto con Mao Zedong en China, desde donde pasó a Vietnam en 1941, para participar en la lucha contra Japón y contra la Francia de Vichy, en el marco de la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Fue entonces cuando fundó el Vietminh (Liga para la Independencia de Vietnam). Tratando de formar un frente amplio tanto contra los japoneses como contra Francia, recabó el apoyo del dirigente nacionalista chino Chang Kai-shek, pero éste desconfió de él y le hizo apresar.

Liberado en 1943, tomó el mando de la insurrección nacional vietnamita contra los franceses, adoptando el nombre de guerra de Ho Chi Minh («el que ilumina»). En 1945 vio reconocida formalmente la independencia de la República Democrática de Vietnam, como parte de la estrategia japonesa para utilizar los nacionalismos asiáticos en contra de la presencia europea en la zona; pero, al terminar la guerra con la derrota del Japón, los vencedores decidieron en la Conferencia de Postdam dividir Vietnam en dos zonas, la República Democrática de Vietnam al norte, dominada por el Vietminh, y una zona de ocupación británica en el sur.
En 1946 Gran Bretaña entregó a Francia su zona de ocupación, coyuntura que aprovechó el gobierno francés para negarse a reconocer al nuevo Estado independiente del Norte e intentar recuperar por la fuerza el control de sus antiguas colonias de Indochina. El Vietminh hubo de sostener una nueva guerra, en la que contó con el apoyo de la Unión Soviética y de China, enfrentadas en el marco de la «guerra fría» contra el régimen conservador y prooccidental del emperador Bao Dai en el sur, al que apoyaban Francia y Estados Unidos.
La guerra se saldó con el triunfo del Vietminh tras la batalla de Dien Bien Phu (1954), que obligó a Francia a reconocer la existencia en Indochina de cuatro Estados independientes: Laos, Camboya, Vietnam del Sur y Vietnam del Norte, este último bajo gobierno de Ho Chi Minh.
Éste estableció un régimen socialista alineado con la Unión Soviética, impulsó una profunda reforma agraria y se esforzó por impedir la corrupción y el abuso de poder, manteniendo un liderazgo carismático basado en compartir las decisiones políticas y en mantener un estilo de vida austero y popular. Prosiguió su lucha revolucionaria por la reunificación de Vietnam, prestando apoyo desde el norte al movimiento guerrillero comunista del sur (Vietcong), que se enfrentaba a una dictadura sostenida por la ayuda militar de Estados Unidos.
Desde 1957, la insurrección masiva del campesinado contra el gobierno títere del sur hizo recaer el peso de la guerra sobre el ejército norteamericano, que utilizó su abrumadora superioridad en medios para masacrar cruelmente a la población civil, sin poder impedir la derrota final frente a la estrategia guerrillera del Vietcong. Desde 1968, el presidente norteamericano Johnson abrió negociaciones de paz con Vietnam del Norte, que se completarían bajo el mandato de Nixon.
Sin embargo, el líder y fundador del movimiento, Ho Chi Minh, murió antes del fin de la guerra, sin llegar a ver la retirada estadounidense (1973), el hundimiento militar de Vietnam del Sur (1975) y la reunificación del país bajo un régimen comunista (1976). En su honor, las autoridades vietnamitas pusieron el nombre de Ciudad Ho Chi Minh a la antigua capital de Vietnam del Sur, Saigón (1975).

HO CHI MING: Canta Alí Primera

FOTOS DE COLECCIÓN: GRANDES LIDERES REVOLUCIONARIOS

SIMÓN BOLÍVAR

VLADIMIR LENIN

JOSÉ MARTÍ

DOMINGO BENKOS BIOHO

FARABUNDO MARTÍ


 AUGUSTO SANDINO

EMILIANO ZAPATA


PATRICE LUMUMBA



VIDEO: EMILIANO ZAPATA

PLAN DE AYALA



El Plan de Ayala fue una proclama política, promulgada por el jefe revolucionario mexicano Emiliano Zapata, dentro de la Revolución mexicana el 28 de noviembre de 1911, en el que desconoció el gobierno del presidente Francisco I. Madero, a quien acusó de traicionar las causas campesinas. Aunque en el Plan de San Luis Potosí sólo se consideró la revisión de los juicios sobre la tenencia de la tierra durante el porfiriato.
En dicho plan, los zapatistas llamaban a las armas para restituir la propiedad de las tierras a los campesinos, pues se sostenía que las tierras habían sido arrebatadas al pueblo por caciques, hacendados y terratenientes, y deberían ser devueltas a sus dueños originarios. Por ello el Plan sostiene que los campesinos deben presentar sus títulos de propiedad, los cuales en su mayoría eran de tipo comunal y se originaban en el virreinato, estos títulos habían sido declarados sin valor bajo las condiciones de la Ley Lerdo, que formaba parte de las Leyes de Reforma, por lo que había sido fácil legalmente hablando el despojo de tierras que los comuneros no trabajaban.
El revolucionario del norte, Pascual Orozco, también se adhirió al plan de Ayala en febrero de 1912, Madero encargó a Victoriano Huerta enfrentar a las tropas de Orozco, quien fue derrotado, aunque en realidad, Orozco nunca tomó en cuenta el plan zapatista en su programa político, ya que sus objetivos eran contrarios a los de Zapata.
Cuando Victoriano Huerta asumió el poder ejecutivo gracias a un golpe de estado y asesinando a Madero en 1913, Orozco se unió al usurpador y Zapata, indignado por la conducta de Orozco, hizo reformas al plan de Ayala, en las cuales ahora desconocía a Huerta como presidente y declaraba a Orozco traidor a la Revolución (de hecho, Zapata fusiló al padre de Orozco, al mismo tiempo que rechazó la propuesta que le hacía Orozco cuando trataron de convencer al caudillo del sur de que se uniera a Huerta), tomando el mando de las tropas adheridas a dicho plan Emiliano Zapata, quien declaró que no descansaría hasta que ambos traidores fueran derrotados y que los ideales del plan de Ayala se hicieran realidad.

EMILIANO ZAPATA

EMILIANO ZAPATA


Nació el 8 de agosto de 1879, en San Miguel de Anenecuilco, Morelos, en el seno de una familia campesina. Con una instrucción muy elemental, en marzo de 1911 se lanzó a la lucha revolucionaria con un grupo de campesinos, el cual fue creciendo en número hasta convertirse en un pequeño ejército, al mando de Pablo Torres Burgos.

Tras la toma de Tlaquiltenango y Jojutla, murió Torres Burgos y Zapata asumió la jefatura de la Revolución en el sur del país. Se apoderó de Yautepec, Cuautla y Cuernavaca y siguió en campaña contra las fuerzas federales, aún después de la caída del general Porfirio Díaz.

El presidente León de la Barra envió al Victoriano Huerta a combatirlo. Madero conversó con el Caudillo del Sur en agosto de 1911 para persuadirlo que licenciara sus tropas, con el compromiso de nombrar autoridades revolucionarias en el estado de Morelos. El gobierno federal, lejos de hacerlo, reiteró las órdenes de combatirlo para imponer la paz. Zapata, con sus fuerzas casi aniquiladas, se retiró a los límites con Guerrero, rehizo su ejército y, para octubre, amenazaba el Distrito Federal.

Zapata volvió a entrevistarse con Madero, siendo éste ya presidente de la República, pero sin llegar a ningún acuerdo. Zapata regresó a la guerrilla y, el 25 de noviembre de 1911, lanzó el Plan de Ayala, donde plasmó sus ideas agraristas. En mayo de 1913, al usurpar el poder Victoriano Huerta, Zapata lo declaró indigno de estar en la Presidencia y se exacerbó la persecución en su contra.

En 1914, formado el Ejército Libertador del Centro y del Sur, Zapata controlaba todo el estado de Morelos y había extendido su influencia a otras entidades. Derrotado Huerta, los carrancista cortaron el paso de los zapatistas hacia el Distrito Federal, cuando ya se encontraban en las inmediaciones de Milpa Alta. Carranza rechazó las pretensiones agrarias de Zapata y éste entró en contacto con Francisco Villa. Sus representantes en la Convención de Aguascalientes desconocieron al Primer Jefe, reiniciando las hostilidades.

En 1916, el gobierno de Carranza, ya instalado en la ciudad de México, organizó una poderosa ofensiva dirigida por el general Pablo González, quien en mayo recuperó casi todas las poblaciones que estaban en poder de los zapatistas; sin embargo, para fines de ese año, los constitucionalistas evacuaron el estado de Morelos, diezmados por el paludismo y las guerrillas. Así, los zapatistas pudieron recuperar algunas poblaciones a principios de 1917.

Entonces, Zapata expidió la Ley Administrativa General para el Estado. Se reinició la producción y se abrieron escuelas mientras en la periferia continuaba la actividad guerrillera. Una vez promulgada la Constitución y celebradas las elecciones, Carranza asumió la Presidencia de la República y se propuso acabar con el zapatismo. Para octubre de 1918, Zapata nuevamente era un fugitivo. En enero de 1919 publicó un manifiesto culpando a Carranza de todos los males que padecía el país.

El 10 de abril fue asesinado en Chinameca, por una escolta comandada por Jesús Guajardo, quien había simulado pasarse a sus filas.
PATRICE LUMUMBA

Fecha de Nacimiento : 2 de julio de 1925

Lugar de nacimiento : Onalua, provincia de Kasai, Congo belga, actual República Democrática del Congo

Siendo trabajador de Correos, comienza a organizar un sindicato de trabajadores y es detenido y encarcelado por las autoridades belgas, en 1955 Tras su salida de la carcel, dos años más tarde, entra en relación con grupos del movimiento independentista En 1958 junto a otros compañeros funda el Movimiento Nacional Congoleño, primer partido político de ambito nacional, convirtiéndose rápidamente en el principal líder político del pais. No tarda en ser nuevamente encarcelado pero , gracias a la movilización popular, es liberado en 1960. Viaja a Bélgica para negociar la declaración de independencia Durante esa estancia, se celebran elecciones en las que sale elegido con el mayor númro de votos de los participantes El 23 de junio se forma el primer gobierno nacional con Joseph Kasavubu como Presidente y Lumumba como Primer Ministro, que proclamaría la independencia días despuçes, el 1 de julio

Los empresarios belgas, viendo peligrar su futuro en el nuevo pais, promueven a través de los jefes militares belgas la rebelión de algunas unidades del ejército. y en la confusión, la provincia de Katanga, región donde se encuentran las principales reservas mineras, se declara en República independiente, bajo la dirección de Moise Thombe Con la excusa de proteger a la población belga, Bélgica envia tropas a Katanga, intentando con sus armas sostener el gobierno secesionista.

Ante esta situación, el gobierno de Kinshasa recurrió a los Naciones Unidas para expulsar a los belgas y ayudar a restaurar el orden. Las tropas belgas se negaron a evacuar, y continuaron apoyando la secesión de Katanga. Ante la negativa de la ONU a intervenir para acabar con la secesión katangueña, Lumumba solicitó ayuda a la Unión Soviética. En agosto, reune a los principales líderes africanos en Kinshasa, y les pide que una sus fuerzas al gobierno del Congo . Estos movimientos en busca de apoyo y la ideología marxista de Lumumba, alarmaron a los poderes Occidentales y presionaron al Presidente Joseph Kasavubu para que acabara con él, cosa que hizo el 5 de septiembre, destituyéndole del gobierno.

El 14 de septiembrede 1960, el Coronel Joseph Mobutu, Jefe del ejército, se hace provisionalmente con el control político. El 2 de diciembre, Lumumba, temiendo por su seguridad, a pesar de que la ONU le proporcionaba protección, intenta llegar por avión a Kisangani donde cuenta con mayores apoyos, pero es detenido por el ejército. Lo sucedido desde entonces, desde su detención hasta su muerte, el 17 de enero de 1961, está lleno de lagunas. La versión oficial cuenta que, estando encarcelado en Katanga, a mediados de febrero intentó huir siendo mortalmente herido. Otras versiones cuentan que su arresto y posterior asesinato fue ejecutado por congoleños, obedeciéndo las órdenes de sercicios de inteligencia occidentales (belgas y EEUU).

A 40 AÑOS DEL ASESINATO DEL LIDER DEL CONGO

A 40 AÑOS DEL ASESINATO DEL LIDER DEL CONGO
Nuevas revelaciones sobre el asesinato de Patrice Lumumba 

Una comisión parlamentaria belga investiga uno de los capítulos más oscuros de la historia colonial de ese país en Africa: la participación del gobierno de Bruselas en el asesinato del líder congoleño, cuya muerte despejó el camino para aplastar las revueltas anticolonislistas en el Congo y sentó las bases para el régimen subsidiario de Mobutu. El Congo, rico en minerales, fue expoliado durante 30 años de la forma más brutal por una sociedad integrada por Bélgica, Francia, los Estados Unidos y la cleptocracia que rodeó a Mobutu.
Por Pierre Dorremans
La noche era fría aquel 17 de enero de 1961 en Katanga, una provincia rica en cobre del ex Congo Belga. La reciente ruptura del estado independiente del Congo había sido financiada por capital belga. Un descampado en la oscura sabana es iluminado por las luces de los coches de la policía. Un oficial de la policía belga toma del brazo a Patrice Lumumba, el ex primer ministro elegido de la República del Congo y lo lleva hacia un enorme árbol. El primer ministro apenas puede caminar, ha sido torturado durante horas, hasta días. Un escuadrón de ejecución formado por cuatro hombres y provisto de FALs belgas y revólveres Vigneron esperan, mientras que 20 soldados, policías, oficiales belgas y ministros katangueses observan en silencio. Un capitán belga da la orden de disparar y una lluvia de balas acribillan a Lumumba y a dos de sus ex-ministros.
Cuarenta años después una comisión parlamentaria belga ha iniciado una investigación sobre este oscurísimo capítulo de la historia colonial belga. La comisión tiene un año para aclarar el asunto.
Está investigación tiene un doble propósito: por un lado, sirve para restablecer la reputación de los belgas en el extranjero, una reputación que se ha visto severamente afectada debido a la enorme cantidad de escándalos que han sacudido al país durante los pasados cinco años (desde el escándalo de corrupción por contratos de armas en los que los líderes del Partido Socialista tuvieron un papel destacado, al abuso sexual y asesinato de niños, a la contaminación de alimentos con dioxina... para mencionar sólo los más importantes).
Esta es una mala situación para un país pequeño que exporta más de tres cuartas partes de su producción de bienes y servicios. En un intento por limpiar su imagen, el nuevo gobierno belga (una alianza de los partidos Socialista, Liberal y Verde) ha llevado la iniciativa en los procedimientos jurídicos contra Pinochet y el ex presidente iraní Rafsanjani, en el boicot a Haider y está también buscando limpiar su propia conciencia al investigar su tumultuosa historia colonial.
Una segunda razón es que el Departamento Belga de Exteriores ha comprendido que Kabila, el nuevo gobernante del Congo, va a seguir por un tiempo. Y como Kabila se apoya decididamente en el nacionalismo izquierdista de Lumumba, Bélgica tiene que limpiar su reputación de asesinos del dirigente nacionalista más destacado del Congo para poder continuar sus actividades en Kinshasa. El hecho de que los Demócratas Cristianos belgas -que han estado en el poder desde la Edad Media- se encuentren ahora en la oposición, facilita las cosas.
Los principales protagonistas en el intento de restablecer el poder colonial belga hace 40 años fueron Demócratas Cristianos, siendo primer ministro Gaston Eyskens en la época en que tuvo lugar una huelga de dimensiones pre revolucionarias (invierno 1960-1961) por su agresiva política de austeridad, y el conde de Aspremont Lynden, representante de una burguesía belga y pre belga de un siglo de antigüedad al timón del "Departamento de Asuntos Africanos".
La tesis doctoral de Jacques Brassine "Investigación del asesinato de Patrice Lumumba" (Universidad Libre de Bruselas, 1990) ha sido considerada durante los últimos 10 años como la piedra angular de la versión oficial de los hechos acaecidos en el Congo en 1960-1961.
En este informe Brassine intentó probar que el asesinato de Lumumba fue un asunto totalmente interno en el que Bélgica no participó en absoluto. Este trabajo es bien conocido en los círculos políticos belgas de extrema derecha.
Pero con su libro "Crisis en el Congo" (1996), el sociólogo belga Ludo De Witte arrojó una luz muy diferente a la lucha por la independencia. Concluye que el gobierno de Eyskens, mínimamente favoreció el clima en el que Lumumba fue asesinado, y que las tropas de las Naciones Unidas en el Congo fueron "cómplices por negligencia".
En su último libro, "El asesinato de Lumumba" (1999), De Witte elabora esta tesis detalladamente. En los primeros capítulos no deja sin cuestionar ni uno solo de los elementos de la metodología de Brassine (entre otras cosas, Brassine tuvo una participación muy activa en los hechos de 1960-61 y por lo tanto, no se lo puede considerar como si fuera un investigador independiente!).
Una complicidad virtualmente probada
Además, De Witte se embarca en el análisis detallado de más de 8.000 telegramas que se habían intercambiado entre diplomáticos de la ONU en el Congo y la sede central de la ONU en Nueva York. De Witte llega a estar muy cerca de probar la intensa complicidad de Bélgica en el asesinato.
En vez de ser los lacayos de Tsjombe, el presidente de Katanga, fueron los belgas quienes inventaron, crearon, manejaron y financiaron el estado títere de Katanga como muro de defensa del colonialismo belga en Africa. Fue en Bruselas y no en Leopoldville (ahora Kinshasa) o Elisabetville (ahora Lubumbashi, capital de Katanga o Shaba, como se la ha conocido en tiempos recientes) donde se organizó y ordenó el traslado de Lumumba desde una prisión del ejército congolés al estado sin ley de Katanga.
Mientras estuvo entre rejas Lumumba consiguió llevar al ejército congolés hacia una revuelta anticolonial contra el régimen instaurado por el famoso coronel Mobutu.
La forma meticulosa en que De Witte describe y analiza los meses, días y horas previas al asesinato, los lúgubres detalles de tortura y asesinato y el traslado del cadáver, hace que "El asesinato" no sea un libro muy agradable. Sin embargo, es una clara descripción de la forma en que la burguesía de un llamado país "democrático" como Bélgica actúa cuando sus intereses fundamentales están en juego.
Una lectura concienzuda de este libro pondrá las investigaciones de la comisión parlamentaria -suponiendo que realmente quiera descubrir la verdad- en la buena senda.
De Witte menciona varios puntos negros (reuniones, personas, etc.) que deben aclararse si se quiere tener el cuadro completo. La comisión debería concentrarse en ellos. Por ejemplo el papel que jugó el gabinete belga en la sombra alojado en el edificio Immokat de Elisabethville.
El asesinato de Lumumba y de dos de sus ministros, Mpolo y Okito, despejaron el camino para aplastar las revueltas antiimperialistas en el Congo y por lo tanto sentó las bases para el régimen subsidiario de Mobutu.
El Congo, rico en minerales (un geólogo describió a la ex colonia belga como un "escándalo geológico") fue expoliado durante 30 años de la forma más brutal por los imperialismos belga, francés y norteamericano y por la cleptocracia que rodeó a Mobutu.
Mientras tanto, el país servía como muro de contención contra las revoluciones africanas que empezaron a surgir en los sesenta y setenta.
Un símbolo de la independencia
Lumumba era un demócrata burgués que, a pesar de todo, se radicalizó rápidamente mediante su oposición a la descaradas ambiciones coloniales de Bélgica. Lumumba se convirtió en el símbolo de un jovencísimo y velozmente radicalizado movimiento de independencia que estaba muy desorganizado para sobrevivir el asesinato y/o la prisión de sus líderes más destacados.
Hoy Lumumba todavía vive en el recuerdo como un revolucionario honesto y genuino para muchos miles de trabajadores africanos y jóvenes que tratan de encontrar una salida del callejón mortal del imperialismo en el continente negro. Por lo tanto, mientras se señalan las carencias de un programa nacionalista y la necesidad del internacionalismo socialista en toda Africa y el resto del mundo, la herencia de Lumumba debe tomarse con cautela y respeto.
Hoy el régimen de Kabila en Kinshasa coquetea con la retórica antiimperialista del lumumbismo y por lo tanto puede contar con cierto nivel de apoyo entre las fuerzas progresistas en el Congo y en el exilio. Occidente está tratando de presionar a Kabila por medio de la financiación de algunas revueltas artificiales en el este del Congo.
Pero los tiempos han cambiado desde 1960, cuando el imperialismo occidental estaba más o menos unido en su lucha contra el "comunismo" en Africa. Ahora la situación en el continente es más parecida a la de la época de la Conferencia de Berlín de 1885, cuando Africa se convirtió en un campo de batalla entre los poderes imperialistas europeos.
Hasta ahora, Kabila ha podido hacer equilibrio entre los distintos intereses. Esto lo mantiene en el poder, pero no está conduciendo hacia una mayor liberación y emancipación del pueblo africano. Por lo contrario, Africa Central está atrapada en guerras civiles interminables y devastadoras.


La fuente: la versión completa de este artículo puede consultarse en Rebelión (http://www.rebelion.org/internacional/lumumba0305.htm).

¿CÓMO JUEGAN LOS DIFERENTES ACTORES EN EL ROMPECABEZAS DEL CONGO

CUADRO DE SITUACION: PERSONAJES Y PROTAGONISTAS
Cómo juegan los diferentes actores en el rompecabezas del Congo

Para entender un poco más la situación que vive el Congo, vale la pena repasar el papel que juegan países y organizaciones vinculadas de alguna manera con su problemático presente.
Occidentales interesados: Bélgica dominó el país como potencia colonial desde 1885 hasta 1960, fecha en que Patrice Lumumba ganó las elecciones presidenciales en forma limpia e inobjetable. Un año después, con la inestimable ayuda de la CIA, Bélgica logró eliminar a Lumumba y mantener su influencia en el Congo, donde actualmente viven 2.500 de sus ciudadanos.
Francia, aliado de Bélgica y con intereses tanto en el Congo como en algunos países vecinos, tiene 800 ciudadanos viviendo en el país, donde su idioma es uno de los dos oficiales. Apoyó a Kabila durante los primeros meses de su gestión.
Los Estados Unidos pusieron sus dos pies en la zona al apoyar a Ruanda y a Uganda para derrocar (junto a Kabila) a Mobutu. Al igual que esos países, se transformó al poco tiempo en enemigo de Kabila, aumentando día a día su presencia en el país y su presión por cambios políticos. A los tres les conviene un Congo dividido, sin Estado fuerte, para poder seguir acumulando riquezas y poder.
Enemigos íntimos: Ruanda y Uganda eran los dos países vecinos más férreamente enfrentados con Kabila, a quien ayudaron a llegar al poder en 1998. Ambos países negaron oficialmente alguna vinculación con el atentado contra el presidente congoleño, a pesar de reconocer su apoyo a guerrillas que socavaban el poder central desde hace años. Recibieron y reciben apreciable ayuda de los Estados Unidos, quien lucha por imponerse en influencia al tándem franco-belga. Sus propias peleas por la supremacía los llevaron a alentar guerrillas rivales, hoy aparentemente unidas para luchar contra Joseph Kabila, el nuevo presidente del Congo.
Amigos interesados: Zimbabwe era quizá el país más amigo de Kabila, y al que fue trasladado el líder ya herido de muerte para su mejor atención. Su amistad no era totalmente desinteresada, ya que por su ayuda para derrotar a las guerrillas opositoras el país recibía una interesante tajada en el negocio de las piedras preciosas que salían del Congo.
Angola, otra nación aliada al ex presidente, percibió durante mucho tiempo agradecimientos de Kabila corporizados en diamantes, para ver luego en peligro estos ingresos debido a la acción de las guerrillas angoleñas pro Ruanda y Uganda.
Namibia fue el tercer país vecino que se sumó al bando de Kabila, aunque su apoyo fue menor en importancia y cantidad de armamentos y soldados.
Mercenarios: Ruanda y Uganda edificaron su oposición a Kabila en base a la tarea de tres guerrillas bien entrenadas y pertrechadas, ubicadas en el Norte y Este del país, zonas que controlan a voluntad. El Movimiento de Liberación del Congo (MLC) fue apoyado desde un principio por los ugandeses, mientras que la Agrupación Congoleña por la Democracia (RDC) fue respaldada por Ruanda y una escisión de esa guerrilla (el RDC nacional) se sumó a las huestes de Uganda.
Las tres agrupaciones decidieron, luego de la muerte de Kabila, unirse y formar un grupo unificado, el Frente de Liberación del Congo (FLC), dirigidos por Jean Pierre Bemba, del MLC. El objetivo común es la lucha contra el poder de Laurent Kabila, a quien consideraban un "obstáculo", y por ende son enemigos del recientemente ungido presidente Joseph Kabila.
Equilibrista: El líder libio, Muammar Khaddafi, juega desde hace rato su papel de mediador en el conflicto que desgarra al continente africano. Apenas conocida la muerte de Kabila (el ministro de Defensa del propio gobierno congoleño fue a informarle personalmente del deceso), Khaddafi expresó sus deseos de "unidad del Congo" y "reconciliación de las distintas partes en conflicto en ese país".
Reaparecido: El hijo de Patrice Lumumba, Francois, se erige como el líder de la oposición no armada del actual régimen, y ya anunció que volverá al país desde los Estados Unidos, país donde reside, para intentar "llevar al Congo a la democracia".

La fuente:: el autor es periodista y licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad de Buenos Aires, UBA)

PATRICIO LUMUMBA: REBELIÓN Y ASESINATO


Patricio Lumumba:


Rebelión y asesinato en el Congo


El 30 de julio de 1960 fue un día lleno de esperanza para millones de personas en la lucha mundial contra el colonialismo. Los imperialistas belgas, que llevaban décadas explotando al pueblo del "Congo Belga", finalmente le dieron la independencia. En un territorio enorme y rico en recursos naturales nació la República del Congo; uno de sus líderes era Patricio Lumumba, joven y apasionado enemigo del colonialismo.


El rey belga, Balduino I, fue a Leopoldville a proclamar la independencia personalmente. Esperaba que los colonos y sus súbditos se felicitaran y forjaran una nueva relación con pocos cambios genuinos. Pero Lumumba, el nuevo primer ministro, agarró el micrófono y le habló al pueblo congoleño sobre la terrible vida colonial y las nuevas esperanzas para el futuro. El discurso escandalizó al nuevo gobierno de coalición y dejó horrorizado al rey. Lumumba dijo:


"Durante los 80 años del gobierno colonial sufrimos tanto que todavía no podemos alejar las heridas de la memoria. Nos han obligado a trabajar como esclavos por salarios que ni siquiera nos permiten comer lo suficiente para ahuyentar el hambre, o vestirnos, o encontrar vivienda, o criar a nuestros hijos como los seres queridos que son. Hemos sufrido ironías, insultos y golpes día tras día nada más porque somos negros... Las leyes de un sistema judicial que solo reconoce la ley del más fuerte nos han arrebatado las tierras. No hay igualdad; las leyes son blandos con los blancos pero crueles con los negros. Los condenados por opiniones políticas o creencias religiosas han sufrido horriblemente; exilados en su propio país, la vida ha sido peor que la muerte. En las ciudades los blancos han tenido magníficas casas y los negros destartaladas casuchas; a los negros no nos han permitido entrar al cine, los restaurantes o las tiendas para europeos; hemos tenido que viajar en las bodegas de carga o a los pies de los blancos sentados en cabinas de lujo. Quién podrá olvidar las masacres de tantos de nuestros hermanos, o las celdas en que han metido a los que no se someten a la opresión y explotación? Hermanos, así ha sido nuestra vida.


"Pero nosotros, los que vamos a dirigir nuestro querido país como representantes elegidos, que hemos sufrido en cuerpo y alma la opresión colonial, declaramos en voz alta que todo esto ha terminado ya. Se ha proclamado la República del Congo y nuestro país está en manos de sus propios hijos".


Las palabras sobre el pasado dieron en el blanco, pero las palabras sobre el futuro se equivocaron.


En realidad, el país no estaba en manos de "sus propios hijos". A pesar de la declaración formal de independencia, los militares belgas todavía controlaban el ejército y la policía; las corporaciones todavía controlaban los recursos naturales y un aparato de politiqueros corruptos; y la CIA, el servicio de inteligencia belga y de otras potencias trabajaban día y noche para mantener en el poder a los congoleños leales al imperialismo.


A los 200 días de su toma de posesión, Patricio Lumumba murió asesinado por agentes imperialistas. Su muerte le partió el corazón a la gente colonizada y progresista por todo el mundo, y fue una amarga lección para millones sobre qué camino lleva a la liberación nacional auténtica y a una nueva sociedad.


Hoy, a los 40 años de su muerte, los países africanos son independientes, pero sus pueblos aún esperan la auténtica liberación. El Congo está dividido en facciones beligerantes apuntaladas por potencias imperialistas rivales. Este verano, Lumumba, una nueva película del cineasta Raoul Peck, contará la vida y muerte de Patricio Lumumba a una nueva generación.


La plantación de Leopoldo


El río Congo zigzaguea entre miles de kilómetros de bosques tropicales y sabanas de África central, donde viven unos 200 grupos, antes de llegar al océano Atlántico. En 1885, tras 300 años de caza de esclavos en la costa por las potencias europeas, el rey belga Leopoldo II se apropió de la cuenca del Congo como colonia personal. La Conferencia de Berlín de 1885, donde las potencias europeas se dieron permiso para explotar todo el continente africano, lo aprobó.


Leopoldo II se apoderó de un territorio del tamaño de Francia, Alemania, Inglaterra, España e Italia juntos, y 80 veces mayor que Bélgica. Lo bautizó "Congo Libre" y creó una red de puestos militares y campos de trabajos forzados. La brutalidad contra los africanos en esos campos fue de las más extremas y horripilantes de la historia: en un lapso de 20 años, la población disminuyó de 25 millones de personas a 15 millones. Por su parte, los capitalistas belgas y estadounidenses, como Guggenheim, Morgan y Rockefeller, se forraron los bolsillos con las enormes ganancias del caucho, madera y aceite de palma del Congo.


En 1908, ante una serie de rebeliones populares, la clase dominante belga cambió la forma de dominación de su colonia más valiosa: en vez de propiedad personal del rey pasó a ser una colonia directa, rebautizada "Congo Belga".


En las décadas siguientes, enormes cambios sacudieron la colonia. Los colonos se pusieron a explotar los ricos depósitos de cobre en la aislada provincia sureña de Katanga y los diamantes de Kasai. Durante la II Guerra Mundial (1939-45), el Congo fue la principal fuente mundial de caucho y de minerales esenciales para las máquinas bélicas imperialistas (como titanio y cobalto). El uranio para las bombas atómicas que Estados Unidos soltó sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki provino de la mina Shinkolobwe del "Congo Belga".


A raíz de esos cambios, emergió un proletariado moderno en el Congo, al lado de los millones de campesinos que formaban la mayoría de la población. En 1941, como consecuencia de la producción militar, había 500.000 trabajadores, la segunda concentración de proletarios del continente. En los 15 años siguientes, la principal ciudad, Leopoldville (ahora Kinshasa), creció 10 veces y alcanzó los 300.000 habitantes.





Tormenta de lucha


La II Guerra Mundial debilitó mucho al sistema colonial. La Alemania nazi perdió contacto con sus colonias africanas; Bélgica y Francia fueron ocupados; e Inglaterra tuvo que concentrar sus fuerzas en la guerra en Europa. Todas esas potencias imperialistas tradicionales emergieron de la guerra más débiles.


Por su parte, el pueblo chino, con la dirección de Mao Tsetung y el Partido Comunista de China, llevó a cabo una revolución antiimperialista histórica: se liberó de la ocupación japonesa y derrotó al KMT y sus padrinos yanquis, y luego se le plantó al imperialismo yanqui en Corea. Nunca antes un pueblo colonizado había derrotado así a las fuerzas imperialistas. Una enorme ola de lucha recorrió todo el mundo y botó a los colonialistas de Vietnam, Argelia, Cuba y otros países.


En 1963, el Partido Comunista de China escribió: "Después de la Segunda Guerra Mundial, en Asia, África y América Latina se ha levantado una gran tempestad revolucionaria. Más de cincuenta países de Asia y África han proclamado su independencia... Los imperialistas ya no pueden apagar las llamas del movimiento de liberación nacional. El viejo sistema colonial del imperialismo está desintegrándose con rapidez. Los traspatios del imperialismo se han convertido en frentes donde se entablan reñidas luchas antiimperialistas. En algunos países coloniales y dependientes, la dominación imperialista ha sido derribada, y en otros, ha recibido fuertes golpes y está a punto de venirse abajo".


En el Congo, el pueblo se organizó contra la dominación belga, a pesar de la represión y de una situación muy difícil. Los colonos belgas tenían todo el poder: controlaban la policía y el ejército, las minas y el gobierno. Con muy pocas excepciones, los congoleños no podían estudiar en secundarias o universidades. Antes de los años 50, solo 100 congoleños tenían educación universitaria. Los colonos aplicaban una estrategia de "dividir para conquistar", fomentando enemistades entre los varios pueblos y regiones.


El movimiento independentista del Congo no logró forjar un partido comunista revolucionario para dirigir la lucha. En vez, la mayoría de las fuerzas progresistas se unieron en 1958 en un partido panafricanista radical y semilegal, el Movimiento Nacional Congoleño (MNC), dirigido por Patricio Lumumba, un joven activista de Stanleyville (ahora Kisangani) que participaba en el movimiento independentista y en una organización de empleados gubernamentales.


Días contados


El MNC se dedicó a superar las diferencias tribales y regionales y crear un país independiente y unificado. El gobierno colonial respondió con represión, condenó a Lumumba y muchos de sus partidarios de sedición y los metió a la cárcel.


Pero en 1959, Bélgica cambió de estrategia y optó por darle la independencia al Congo lo antes posible. Se dio cuenta de que el viejo sistema colonial tenía los días contados y (siguiendo la táctica de los imperialistas franceses en África occidental y los ingleses en India) quería establecer un gobierno "independiente" leal a Bélgica antes de que el movimiento independentista se le saliera de las manos. Quería un nuevo gobierno débil, dirigido por las fuerzas más conservadoras y pro-belgas, y dependiente de los funcionarios de gobierno, militares y fondos belgas.


El plan era reemplazar el colonialismo con el neocolonialismo, o sea, con una falsa independencia que mantendría el poder en manos del capitalismo monopolista extranjero. Para llevarlo a cabo, los imperialistas belgas contaban con la ayuda de su aliado y socio mayor, el imperialismo yanqui, que emergió de la II Guerra Mundial como la potencia imperialista dominante (y que tenía sus propios planes para el Congo).


La estrategia del MNC era movilizar al pueblo para presionar a Bélgica a cumplir la promesa de independencia. Quería aprovechar las elecciones organizadas por Bélgica para apoderarse del aparato colonial, las fuerzas armadas y la policía y, una vez en el poder, acabar con la dominación belga paso por paso. Esperaba que los recursos naturales enriquecieran al pueblo y que el Congo alcanzara igualdad con los demás países.


El MNC esperaba llevar a cabo una transición pacífica del poder y no organizó fuerzas armadas propias para combatir el ejército colonial. A comienzos de 1960 Lumumba dijo: "En el pasado, se cometieron errores, pero ahora estamos listos a cooperar con las potencias que han estado aquí para crear un poderoso nuevo bloque. Si fracasamos, tendrá la culpa el Occidente".


Por la creciente fuerza del MNC, los imperialistas belgas aceleraron el plan de independencia, y el 30 de julio de 1960 un gobierno congoleño independiente tomó las riendas. El MNC recibió la mayor parte de los votos, y Lumumba fue elegido primer ministro.


Intrigas neocoloniales


Los imperialistas decidieron que un gobierno de coalición con el MNC y Lumumba los perjudicaría y se pusieron a fomentar divisiones y caos para aislar a Lumumba y deshacerse de él. Lumumba contaba con gran apoyo popular, pero el aparato de poder estatal y la estructura financiera no habían cambiado. Cuando los burócratas belgas regresaron a Bélgica, se llevaron todo (hasta los teléfonos) para sabotear el nuevo gobierno.


El nuevo ejército (rebautizado el Ejército Nacional del Congo) en realidad era el mismo ejército colonial. Pronto estallaron motines en el ejército: de los soldados negros que no aguantaban el maltrato de los oficiales blancos, y de los oficiales blancos que no querían obedecer las órdenes del nuevo gobierno.


Las agencias de espionaje de varias potencias, sobre todo la CIA, hicieron todo lo posible para desestabilizar el país y reclutar agentes del ejército y el gobierno. Uno de ellos fue Joseph-Desiré Mobutu, un ex sargento de la policía colonial que comandaba el Ejército Nacional.


Por su parte, las compañías mineras maniobraron para mantener a fuerzas leales en el poder en las regiones ricas en minerales. Un mes después de la toma de posesión del nuevo gobierno, el títere Moise Tshombe declaró la independencia de la provincia de Katanga. Ahora se sabe que Bélgica lo ayudó en secreto.


Aprovechando la "falta de estabilidad", Bélgica despachó más soldados, a pesar de las objeciones de Lumumba y las protestas de las masas.


Se vislumbraba una invasión extranjera, una guerra civil y el colapso del gobierno, pero Lumumba tenía pocas fuerzas organizadas y buscó ayuda en el extranjero. Primero pidió tropas de la ONU, pero cuando llegaron se dio cuenta de que estaban al servicio de los imperialistas (especialmente de Estados Unidos) y no del pueblo congoleño.


Luego pidió ayuda a la Unión Soviética como contrapeso a los imperialistas occidentales. En ese entonces, se pensaba (incluso las fuerzas revolucionarias) que la Unión Soviética era una potencia socialista y antiimperialista. Pero con la restauración del capitalismo en los años 50 bajo el mando de Nikita Jruschov, la nueva clase dominante soviética buscaba establecer relaciones neocoloniales con países como el Congo. Los revisionistas (falsos comunistas) de la URSS aconsejaban no hacer la revolución porque podría provocar una guerra nuclear entre la URSS y Estados Unidos. En vez, recomendaban recibir "asesores" y agentes militares soviéticos, e integrarse económicamente en la zona de influencia soviética. En septiembre de 1960, empezaron a llegar al Congo asesores y agentes militares soviéticos, y Washington se puso furioso.


Muchas fuerzas reaccionarias e imperialistas luchaban para apoderarse del país, y Lumumba se encontró más y más aislado.


Mandan asesinarlo


"Los jugadores se mueven con rapidez y en secreto. Cada jugada barre ríos, bosques, continentes y océanos, y solo la presencian los ojos de cristal extranjero y unos árboles nativos antaño poderosos que fueron talados de sus raíces... Un día de finales de 1960, un tal Allen Dulles, que estaba al frente de la CIA, envió un telegrama a su delegado en el Congo sugiriéndole que reemplazara al gobierno congoleño tan pronto como le fuera posible. El jefe de la delegación en el Congo, el señor Lawrence Davlin, recibió órdenes de emprender una acción, por osada que fuera, siempre que se pudiera mantener en secreto: un golpe de estado serviría. Habría dinero contante y sonante para pagar a los soldados destinados a ese fin. Pero el asesinato podía resultar más barato...".

Barbara Kingsolver
La Biblia envenenada


"En los altos niveles del gobierno concluimos que si [Lumumba] sigue en el poder, las consecuencias serán catastróficas... para el mundo libre. Por eso, nuestra conclusión es que urge quitarlo de en medio lo antes posible".

Allen Dulles, director de la CIA,
memorando de 1960


"Ninguna brutalidad, maltrato o tortura me ha doblegado, porque prefiero morir con la cabeza en alto, con la fe inquebrantable y una profunda confianza en el futuro de mi país, a vivir sometido y pisoteando principios sagrados. Un día la historia nos juzgará, pero no será la historia según Bruselas, París, Washington o la ONU sino la de los países emancipados del colonialismo y sus títeres".

Patricio Lumumba, carta a su esposa,
Pauline Lumumba, enero de 1961,
una semana antes de su asesinato


A fines de septiembre de 1960, el coronel Mobutu tomó el poder en la capital y desató una ola de represión contra las organizaciones políticas. El 10 de octubre, el ejército y la ONU arrestaron a Lumumba. Escapó el 17 de noviembre y huyó hacia su principal base de apoyo en Stanleyville.


El 2 de diciembre, el ejército volvió a capturarlo. Bajo órdenes de Nueva York de no intervenir, las tropas de la ONU hicieron la vista gorda cuando lo maltrataron.


Lo llevaron primero a Leopoldville, donde lo exhibieron ante los periodistas y diplomáticos. Durante el mes siguiente lo pasaron de un grupo reaccionario a otro para que lo golpeara y torturara. Al final lo llevaron a Katanga, donde los separatistas lo ejecutaron la mañana del 18 de enero de 1961. Más tarde se supo que se mantuvo firme durante todas las torturas y desafiante en la ejecución.


Mentiras de la CIA


Inicialmente, los imperialistas yanquis y belgas anunciaron que lo asesinaron "campesinos airados"; más tarde dijeron que lo ejecutaron "sus enemigos congoleños". Eran mentiras para reforzar el pretexto racista y neocolonial de los asesinos: que los pueblos africanos no son capaces de gobernarse.


En realidad, el gobierno de Lumumba sucumbió a una "desestabilización" sistemática de los imperialistas.


Últimamente han salido a flote más detalles del operativo conjunto de Estados Unidos y Bélgica para asesinar a Lumumba. Ahora se sabe que el presidente Dwight Eisenhower mandó asesinarlo en una reunión de seguridad nacional en la Casa Blanca en agosto de 1960, menos de dos meses después de la independencia del Congo. Uno de los agentes despachados para la tarea fue Frank Carlucci, que sería secretario de Defensa de Ronald Reagan.


El 6 de octubre, unos pocos días antes del arresto de Lumumba, el ministro de Asuntos Africanos del gobierno belga ordenó en un cablegrama a Katanga "eliminar definitivamente" a Lumumba.


Desde el momento de la captura, estuvo bajo el control de agentes imperialistas. Lo torturaron en una mansión vigilada por soldados belgas.


El 15 de enero de 1961, el ministro de Asuntos Africanos mandó al gobierno títere de Katanga recibir inmediatamente a Lumumba. A los dos días llegó en un jet DC-4 belga. A Lumumba y dos asesores, Mpolo y Okito, los asesinó un pelotón de ejecución dirigido por un capitán belga, a la vista de funcionarios del gobierno de Katanga y agentes imperialistas.


Para tapar la verdad, un equipo de policías belgas desenterró el cadáver y lo disolvió en ácido (que proporcionó una compañía minera). Los imperialistas no querían dejar ninguna huella del crimen, pero fracasaron. Ahora todo mundo sabe quiénes mataron a Lumumba y ahogaron las esperanzas del pueblo congoleño.


Una lección pagada en sangre


"Estados Unidos siempre ha tratado de controlar el Congo. Envió las fuerzas de la ONU para perpetrar toda clase de maldades. Asesinó al héroe nacional congoleño Lumumba y tumbó al gobierno legítimo. Impuso al títere Tshombe y despachó tropas mercenarias para reprimir el movimiento de liberación nacional... La meta del imperialismo yanqui es controlar el Congo y atrapar a toda África --especialmente los países africanos recién independientes-- en la telaraña del neocolonialismo".

Mao Tsetung, Declaración de apoyo al pueblo
del Congo contra la agresi
ón estadounidense,
28 de noviembre de 1964


Cuando lo asesinaron, Lumumba tenía 35 años y unos pocos meses de primer ministro. Su muerte entristeció e indignó a millones de personas por todo el mundo. En el Congo, varias fuerzas se rebelaron contra el neocolonialismo, pero en la situación difícil que emergió tras la muerte de Lumumba ninguna logró iniciar una lucha armada revolucionaria prolongada. Las tropas de la ONU y los mercenarios blancos trabajaron de la mano con el ejército para aplastarlas.


Moise Tshombe tomó las riendas de un nuevo gobierno pro imperialista. Poco después lo reemplazó Mobutu, quien gobernó (y saqueó) el país sin piedad durante décadas. Los imperialistas han chupado las riquezas del Congo, y sus tramoyas y rivalidades han dejado al país, una vez más, arruinado y dividido por la guerra.


Hoy, cuando el reto de la revolución y la liberación nacional se le plantea a tantos pueblos y movimientos, la historia de Patricio Lumumba nos proporciona una clara lección sobre la crueldad del imperialismo y el neocolonialismo.